Jorge y María son dos adolescentes como tantos otros: salen
con sus amigos, se comunican con ellos en las redes sociales, se enamoran… Esta
es una historia de amor como la de cualquier pareja de adolescente, salvo por
un cosa, sus familias son famosas. Candela Brines, la madre de María, es una
diputada que finalmente conseguirá ocupar la cartera de Economía y Hacienda.
Por el contrario, la madre de Jorge, Rebeca Lindon, es una actriz que
protagoniza con frecuencia reportajes en las revistas del corazón.
Todo comienza cuando la familia
de Jorge se traslada a la urbanización donde vive María. Se conocen en la
piscina y rápidamente surge el flechazo, aunque Jorge en ese momento está con
Raquel. Pero ese no será el único contratiempo... Las madres de ambos no se
pueden ni ver debido a una antigua enemistad. Jorge prefiere ser discreto y que
nadie sepa que es hijo de Rebeca Lindon, pero su ex, no aceptará verse relegada
y será entonces cuando se desate la tormenta y la historia entre Jorge y María
pasará a ser de dominio público: todos opinan, todos inventan, y como
consecuencia de ello se verán envueltos en una peligrosa e imparable espiral de
rumores que los obligará a distanciarse...
Begoña Oro nació en Zaragoza. De
pequeña, quería ser famosa. La hermana Marín le preguntó: “¿Y escritora? ¿No
quieres ser escritora?”. Y ella contestó: “No, famosa”.
Cuando dio su primer concierto, con 6
años, pensó en hacerse pianista. Luego quiso ser esquiadora, directora de
orquesta, corredora de Bolsa, publicista, pensadora, periodista y embajadora… y
pensando en ser embajadora viajó, conoció a gente muy distinta, leyó muchos
periódicos, aprendió inglés, francés, alemán… y estudió Derecho.
Cuando descubrió que había una profesión
que consistía en hacer lo que más le gustaba –leer–, quiso ser eso: editora. Y
estudió la especialidad de Literatura de Humanidades y un curso de posgrado en
Edición. En Barcelona, donde además aprendió catalán.
Durante años trabajó en el mundo
editorial, en Barcelona y en Madrid, como editora de libros prácticos, clásicos
y, sobre todo, obras juveniles. Más tarde, trabajó como responsable de
Investigación y Comunicación editorial. Impartió talleres de lectura por toda
Centroamérica, y se dio cuenta de que la lectura puede cambiar el mundo:
“reading for change”.
Al final, descubrió que lo que quería
era contar sus propias historias y decidió que su aportación a la causa
lectora, a la causa educativa, sería “writing for change”.
Aun así, no ha abandonado del todo sus
antiguas vocaciones: toca el piano de vez en cuando, sube al Himalaya, hace mil
cosas a la vez, siempre va corriendo con alguna bolsa, elabora materiales de
marketing, piensa –piensa mucho-, es muy diplomática, escribe artículos, lee
–lee mucho-, edita y traduce libros para niños… y da clases y charlas a
abuelos, docentes, jóvenes y niños. Y eso que nunca pensó en ser profesora.
Actualmente, lo penúltimo que desearía
ser es famosa. (Lo último, corredora de Bolsa.)
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